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poquetacosa

De canis y yessis.

De canis y yessis.

Hoy, para variar no voy a despotricar ni voy a poner a nadie como chupa de dómine. Este post es solo un medio para compartir mi perplejidad. Y la cosa va de canis.

Hasta hace unos meses yo ingoraba felizmente la existencia de este apasionante colectivo. Alguna vez me he cruzado con grupos de lo que, más tarde lo supe, eran canis y no he tenido con ellos ningún problema. Tal vez mis pintas y mi tamaño hayan tenido algo que ver. No sé, pero a mí no me parecen tan malos ni tan peligrosos, a pesar de lo que se diga por la mayoría de los sitios que he visitado en esas redes de Dios. El caso es que me producen una morbosa fascinación y de vez en cuando echo un rato buscando información sobre ellos.

Hoy mismo he encontrado un documento curioso en un foro nada recomendable para espíritus medianamente elevados y me gustaría compartirlo. Me ha resultado curioso, porque el estilo de redacción del mensaje que pegaré a continuación es inquietantemente parecido al mío en algunos momentos. Claro está, mi forma de ver la vida difiere sustancialmente de la del autor, pero eso lo comentaré al final. Cedo la palabra a Er_ChAnO:

“La verdad:

Me entristece profundamente todo lo que aquí se está diciendo sobre mis adorados canis y mis amadas jessys
[en el foro los ponen a caer de un burro]. Todo esto es digno de gentes poco conciliadoras y sobre todo, con poca visión de lo que en realidad es el mundo. Pero no preocuparos. Yo os lo explico.

Supongo que lo deseable, al menos para la mayor parte de la gente, sería vivir en una especie de Mundos de Yupi donde todos fueramos iguales, tuvieramos las mismas oportunidades, los mismos recursos, patatín, patatán. Pues no, eso no ocurre. En el mundo real no somos todos iguales. Existen fuertes y débiles, listos y tontos, guapos y feos; aunque esto último no sea mas que una apreciación temporal sujeta a los vaivenes de las modas. En el mundo real, señoras y señores, lo que prima es la ley de la selva: el fuerte maltrata al débil, el listo engaña al tonto y el guapo (y a ser posible rico) folla mientras el feo (y pobre) se la casca. Y no hay más. Es lo que hay. Lo tomas o lo dejas, pero si lo dejas será bajo tu propia responsabilidad; y tendrá consecuencias.

Y aquí es donde entran mis adorados y necesarios canis.

Toda sociedad competitiva y cruel como la descrita arriba necesita sus parias: alguien tiene que hacerse cargo de los trabajos ingratos y mal remunerados para que los demás podamos vivir de puta madre. Los canis son entonces, el semillero del que saldrán los parias de nuestra sociedad. Sin embargo los parias suelen tener un serio defecto: tienden a creer que son mejores de lo que en realidad son (en algunos casos hasta es verdad y todo) y si consiguen organizarse pueden poner en aprietos a quienes estamos cómodamente instalados en los pisos superiores de la pirámide. Los canis sin embargo carecen de este incómodo rasgo: ellos y sus jennys son parias y además, en virtud de alguna enrevesada pirueta mental que no alcanzo a comprender en toda su magnitud, no aspiran a otra cosa que a seguir siéndolo pues están orgullosos de ello: no aspiran a superarse, no desean ser mejores porque ya están convencidos de que son lo más de lo más.

Es cierto que en casos muy puntuales pueden mostrarse levantiscos, violentos y antisociales; que pueden llegar a ser peligrosos. Sin embargo este detalle, que por otra parte es fácilmente controlable, no alcanza para eclipsar el resto de sus virtudes sociales. Porque los canis, si los sabes llevar, si conoces someramente los registros que les gusta oír y sabes interpretarlos, son más simples que el mecanismo de un botijo y tan dóciles como el más tonto de los borregos. Son consumistas, hipócritas, superficiales e individualistas. Incapaces de organizarse más allá de las patéticas tribus formadas por sus círculos más cercanos. En cualquier caso, incapaces de organizarse hasta el punto de suponer un problema. No son mas que carne de cañón y, lo que es aún mejor, no aspiran a dejar de serlo.

Y no creáis que hablo por hablar, qué coño. Hablo con conocimiento de causa. Yo no era mas que un friki aficionado a la electrónica, sin más salida profesional que algún trabajo-basura con bajo sueldo y altos requerimientos técnicos. Sin embargo un buen día llegaron los canis y todo mejoró. De hecho desde que monté el negocio (disculpadme si no doy detalles en este sentido) son mis mejores clientes. Os maravillaría comprobar la cantidad de pasta que son capaces de gastarse en auténticas chorradas. Paradójicamente, el mismo cani que te abre la cabeza si le niegas un cigarrillo, pedirá prestado, robará, incluso se matará a trabajar como peón de albañil con tal de añadirle el último accesorio a su “tanke tuneao”. Y pagará religiosamente, al contado y sin rechistar el desorbitado precio que quieras ponerle al cacho de plástico o al altavoz chino en cuestión. En este sentido son una puta mina. Alguna vez, no lo niego, he tenido problemas a la hora de cobrar, sin embargo ellos mismos se autorregulan; solo tienes que hablar con la persona adecuada en los términos precisos y el moroso pagará presionado por sus propios correligionarios o se arriesgará a perder su estatus como mínimo. Gracias a ellos estrené la semana pasada una Ducati 1098s. Al llevarla a la tienda me hicieron gracia algunos de sus comentarios, entre ellos el “macho dominante” que afirmaba con total convencimiento que él tendría una moto como la de Er_ChAnO (el mote es figurado). Yo que estaba escuchando mientras hojeaba un catálogo sonreía para mis adentros: podrías tenerla perfectamente, gilipollas, porque esa moto cuesta poco más de la mitad de lo que te has gastado en dejar irreconocible la mierda de coche que conduces. Sin embargo nunca la tendrás porque no eres capaz de hacer planes con más de una semana de antelación y tienes el cociente intelectual de un huevo de pato.

Y qué decir de las jennys. Son una puñetera mina de carne firme, joven y complaciente. No os equivoquéis, detrás de ese maquillaje desquiciado y esas pintas de puta barata hay algunas mujeres realmente guapas. Y complacientes. El único problema puede ser, tal vez, que hablen; pero qué coño, no hemos venido aquí para tener una conversación. Me duele que las llamen putas. Las putas son profesionales con todo lo que ello supone. En el caso de las jennys, si sabes elegirlas y tratarlas, con la mínima inversión que supone medio gramo de periko (algunas veces ni eso) te puedes montar unos números que no se le pasarían por la imaginación ni al director de porno más colgado. No, definitivamente no son putas, pero tienen sus marcos morales tan sumamente tronados que son capaces de hacer cosas que sonrojarían a la puta más bregada. El truco está, paradójicamente en no tratarlas como putas sino hacerles creer que lo que hacen, lo hacen por rebeldía, por transgresión, pero sobre todo por propia elección. Ese es el truco, la propia elección. Porque tanto jennys como canis, como buenos imbéciles que son en la mayoría de los casos, también son susceptibles desconfiados y les gusta pensar que sus acciones no tienen otra motivación que el "porque yo lo valgo".

Y claro, así les va. Y les irá. Con el tiempo desaparecerá la belleza, los coches de colorines dejarán de ser una opción. Se irá la juventud y no quedará mas que resentimiento. Pero ellos seguirán igual, seguirán siendo lo mejor de lo mejor: carne de cañón.

Pero por mí, que sigan. Ellos felices y yo tambien”


Bien. El que ha escrito esto, caso de que sea cierto lo que dice, es un grandísimo hijo de puta. Sin embargo lo que más me toca las narices es que tiene toda la razón; nos está describiendo una sociedad de parias controlados por una élite desalmada. La efectividad de la fórmula se basa en que los parias no solo ignoran que lo son, sino que piensan que son una élite.

Así que, los que os llamáis canis a ver si os ponéis las pilas y despertáis.

Antes de terminar este tocho, quiero aclarar que cuando trato un tema en el que hay varias posiciones enfrentadas me gusta conocer todos los puntos de vista. Desgraciadamente el punto de vista de los canis me ha resultado muy difícil de conocer sencillamente porque no comprendo el idioma en el que escriben.

Algunos enlaces:

Frikipedia. Cani

Inciclopedia: Cani . Este está, en su mayor parte fusilado de la Frikipedia, sin embargo contiene la transcripción de una conversación de canis en un chat. Si alguien entiende algo le agradeceré que me lo traduzca.

Todocanis.com La foto que ilustra la entrada la he sacado de aquí. ¿Será que tengo un mal día o es verdad que hay algo de patético y anhelante en sacarle una foto a una zapatilla en la tienda para luego colgarla en internet?

Foros Lokamagazine: Aquí se puede encontrar el original que he entrecomillado.

 

1 comentario

Soraya -

Los caniis apestan..OmG!